Es a partir de octubre de 1998 que un grupo de vecinos de Villa Colón y adyacencias, venimos organizándonos en torno a la radio comunitaria “La Voz FM 95.1”, el proyecto de televisión comunitaria “Canal 2 – contenido comunitario”, y un proyecto de espacio comunitario de participación a través de un centro social.

El impulso de medios de comunicación comunitarios con una matriz solidaria y participativa es sin duda un desafío harto complejo, a cuya puesta en marcha  nos hemos abocado con responsabilidad , pero no como un simple objetivo que resulte un fin en sí mismo sino que hemos venido tratando de echar a andar un proyecto  que es producto de la necesidad de buscar incesantemente herramientas de comunicación popular y comunitarias que nos permitan desarrollar más y mejor una propuesta comunicacionàl contra uno de los más fuertes mecanismos de dominación ideológica que el capitalismo posee, el control de los medios de comunicación. Es así que comprendemos como objetivos principales del proyecto la lucha por la democratización de las comunicaciones, y la reconstrucción del tejido social.

Como todo proyecto de estas características, ha requerido un enorme esfuerzo para poder contar con la infraestructura mínima que nos permitiese salir al aire, tal es así, que luego de estar bastante tiempo trabajando por ello y habiendo ya avanzado de forma importante en un conjunto de acuerdos colectivos que sustentaran el proyecto, recién en octubre de 1998 arrancamos las transmisiones de la radio comunitaria “LA VOZ”.

De ahí en más, se inició un período importantísimo de legitimación de la radio de caras al barrio, al cual ésta ya se integraba como otra fuerza social más. A parte de integrarse activamente en la dinamización y apoyo de los distintos emprendimientos organizativos de los trabajadores de nuestra barriada, la radio se puso en todo momento a disposición de las luchas que se desarrollaban; de esta forma es que se participó activamente en la lucha que desde varios años se viene dando en el barrio en torno a la defensa del hospital Saint Bois, participando en la ocupación y las distintas movilizaciones que se realizaron, y en varias oportunidades realizando transmisiones abiertas desde el hospital ocupado; se realizaron también transmisiones desde el liceo 9 ocupado por los estudiantes en dos oportunidades, transmisiones desde el frigorífico ocupado Lorsinal, transmitiendo desde el conflicto de Malterías del Uruguay, transmisiones desde hace tres años desde el tablado del barrio, etc..., intentando en todo momento llevar a la práctica la definición básica de que una radio comunitaria lo es en función de que está al servicio de los trabajadores y sus organizaciones.

La radio fue ganando y generando espacios, nutriéndose de a poco de invalorables iniciativas y aportes de los compañeros que se iban sumando; muestra de ello, fue que luego del allanamiento por parte de la Policía y la URSEC en el 2002, la radio no perdió ni un solo día de transmisión, ya que instantáneamente aparecieron propuestas de lugares para continuar con el desarrollo del proyecto.

El propio desarrollo del proyecto de la radio, propició que luego de haber transitado por distintos locales de transmisión (club de Baby Fútbol, Cooperativas de vivienda, casas de familia, etc), se lograra construir un local de transmisiones propio que es el que la radio actualmente tiene, ubicado en Av.Lézica 6671 esq. Aviadores civiles.

El 25 de noviembre de 2006, se puso por primera vez al aire una señal de televisión desde una organización social, se daba inicio a una etapa fundamental en la búsqueda de nuevas herramientas de comunicación en manos del pueblo. La primer señal de televisión comunitaria surge como producto de un largo período de trabajo colectivo, y un importante esfuerzo económico.

Si uno se adentra en lo que ha sido la difícil tarea que han tenido los medios comunitarios de comunicación en nuestro país para poder existir, entiende a las claras de por que ha costado tanto llegar a la televisión comunitaria,

Si hay algo en lo que este sistema de convivencia se ha vuelto efectivo es en generar dos elementos básicos para garantizar la explotación económica y la dominación social, el “hacé la tuya” y el “no se puede”, individualismo y descreimiento en las fuerzas propias. Desde hace más de diez años, en nuestro barrio, hay una construcción colectiva que pese a todo viene consolidándose y avanzando tomando la comunicación como centro articulador de una dinámica que apunta a unir fuerzas y pegar juntos al tedio y el aislamiento cotidiano que nos invade a través de los medios masivos de comunicación. A lo largo de estos años, se han venido sentando las bases organizativas y políticas para un salto importantísimo en el proyecto.

Los medios comunitarios no son una necesidad impuesta sobre la comunidad, sino que este proyecto es el resultado de una necesidad sentida. Más aún, la comunidad ha sido partícipe directamente o indirectamente en todo el proceso de gestación. Sólo un proceso genuino de participación a través del cual la comunidad se apropia del instrumento de comunicación, puede garantizar la viabilidad y permanencia en el tiempo de un proyecto de estas características. Precisamente uno de los aspectos que distingue, en lo íntimo, en lo organizativo y en lo social, a los medios comunitarios de los medios comerciales es esa capacidad de integrar a la comunidad, de convertirse en vehículo para sanear las necesidades comunicacionales de las expresiones de la comunidad, en busca de cambios sociales y el mejoramiento de las condiciones de vida. Sin esta condición, no podríamos estar pensando en radio ni televisión comunitaria.

Pero como todo parece poco, comenzamos a avanzar en la idea de que si realmente queríamos desarrollar un proyecto en el barrio que apuntara a dar respuesta organizada a las distintas problemáticas que se nos presentaban en el barrio, era necesario doblar la apuesta y ponerse a pensar en una herramienta adecuada para tal fín, es así que aparece sobre la mesa la idea de trabajar en pos de la construcción de un proyecto de centro social.

El centro social, si bien aún no esta caminando a pleno, ha habilitado un espacio de discusión en torno a que deberían de ser las actividades que allí se realizarán, es así que están sobre la mesa ideas  de biblioteca, educación popular, espacios culturales y recreativos, y por supuesto comunicación comunitaria.

Actualmente, y con un importante cambio en la coyuntura política en lo que refiere a los medios comunitarios, la radio es pensada como un instrumento que debemos potenciar al máximo, en cantidad y calidad, más días de transmisión, más programas, mejor alcance, y proyectamos algunos cambios infraestructurales como condición fundamental para desarrollar un concepto de radio comunitaria de calidad.